En esta quietud placentera que regala la medianoche, parece
que los espíritus vuelan libres, sin ataduras terrenales que impidan
a los sentimientos instalarse en
el aire que respiramos.
Me he dado cuenta hace muy poquitos minutos que la mayor
parte del día, nuestro respirar es solo inspirar
y exhalar suspiros que dejan
escapar nuestras frustraciones, nuestros
desengaños, nuestras prisas….el desasosiego por
no llegar…..¡¡¡POR NO LLEGAR ¡!!....
¿Nos preguntamos acaso hacia dónde vamos?
Desde muy jóvenes nos
enseñan que hay que ser
competitivos, que los obstáculos van a ser muchos… Y
todos nos dejamos arrastrar por la
vorágine , por ese veneno de ¡¡Necesito
más!!!.
Dejamos atrás tantas cosas…. Por esa necesidad …. ¿De qué necesitamos más?
¿Es posible que el ser humano reconduzca sus necesidades?
Si… Solo con mirar a los ojos del que tenemos enfrente, solo con tender la
mano a quien tiene menos que tu… solo
con respirar ….respirar y agradecer el oxigeno que llena nuestros pulmones…..
Respirar y llenar de vida nuestros
sentidos adormecidos.
¿Qué necesitamos
realmente para vivir?
¿Pensamos alguna vez
lo gratificante que es compartir?
¿Qué significa compartir para esta sociedad nuestra?
Cuando oímos la palabra compartir, huimos, miramos hacia otro lado, por si tenemos que
aportar, por si nos piden lo que no
queremos dar….
Lo que no queremos dar
pero si necesitamos que nos den….
Que contradicción ¿Verdad?
Ninguno estamos dispuestos a dar pero si corremos prestos a pedir….
En esta quietud placentera que me regala la medianoche he
descubierto que lo único imperfecto y egoísta que hay en la Naturaleza es el hombre…
Un hombre que ha
olvidado la esencia de su SER: Ser …
Humano
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